domingo, 10 de abril de 2016

Familias, ¿unión o fuente de conflictos?




La principal causa de discusión en las familias es la no aceptación de las diferencias.
Por:  EFE | 
 5:13 p.m. | 2 de junio de 2015
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“La función principal de la familia es la de perpetuar la especie mediante la procreación y, una vez cumplido este requisito, permitir y facilitar el desarrollo de los humanos para su acceso al mundo, integrándolos en la sociedad y procurándoles educación, salud (alimentación, descanso, abrigo, estabilidad emocional) y bienestar”, señala la psicoanalista Magdalena Salamanca.
“Esto que parece una obviedad es, en muchos casos, foco de conflicto en las relaciones familiares”, explica Salamanca, que dirige un taller destinado a entender y solucionar los disgustos que surgen en el seno de la llamada ‘célula básica de la sociedad’ y lograr que se mantenga sana y en buena forma.
Trabas de parentesco
Pero, según esta conocedora de la mente humana, “no todas las familias facilitan o permiten el crecimiento de sus miembros”.
“Los celos, la envidia, la culpa, el amor excesivo e igualitario, el odio reprimido, así como la no aceptación de las diferencias entre los integrantes de la familia o la imposición de criterios copiados de ejemplos vividos por los progenitores interrumpen el desarrollo físico e intelectual que cualquier individuo necesita para conquistar su propia vida”, señala Salamanca.
Su propia manada
“En ocasiones, cuando escuchamos decir ‘mi familia’ la persona se refiere a sus padres, hermanos, tíos o primos, pero ‘mi familia’ es la que uno mismo construye: pareja e hijos. La familia de origen es la de los padres, no la propia”, añade.
Las diferencias que se establecen entre las familias de origen de una pareja que ha decidido crear la suya propia, son uno de los mayores conflictos que Salamanca trata en sus consultas.
Sumar personas
Para Salamanca, las familias son la suma de sus miembros, no la resta de algunos de ellos, y “cada integrante de la familia ha de ser un componente semejante, pero diferente al resto, y en esta fórmula están inscritos el éxito y la salud familiar”.
La principal causa de discusión, en las familias de origen, tiene como trasfondo la no aceptación de las diferencias, aparentemente, entre una familia y la otra, según esta experta.
“Pero si escarbamos un poquito en la relación descubrimos que las diferencias que no se aceptan en los demás son las que se dan entre los miembros de la propia pareja, ya sean económicas, culturales o sociales, entre otras”, señala. Según la experiencia de Salamanca, “la manera en que se abordan habitualmente los conflictos con las familias de origen lleva a un callejón sin salida: el bucle de reproches cada vez es mayor y, pasado un tiempo, las reiteradas muestras de disconformidad sobre todo lo que dicen y hacen llevan a la pareja a constantes peleas sin solución alguna”.
“Una forma más sana de solucionar este tipo de conflictos, que tantos daños causan, es consultar con un especialista que permita desplegar en la terapia todas las inquietudes individuales para poder gestar en sus miembros un autoconocimiento y una autotransformación sobre aquello que de manera inconsciente determina la vida familiar”, aconseja.
“¡Asumir las diferencias ayuda a vivir de una manera gozosa y satisfactoria!”, enfatiza.
EFE
 Noticia pubicada por el diario EL TIEMPO

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